viernes, 30 de mayo de 2014

30 . Mayo . 2014

Me mirabas con esos ojos tan azules.
Me mirabas queriendo decir mucho con muy poco.
Me mirabas y el mundo se paraba, todo se paraba a nuestro alrededor.
Me mirabas y yo no podía más que temblar.
Me mirabas como nunca me habían mirado…
Me mirabas como nunca me han mirado.
Me mirabas y eras capaz de ver en mí cosas que ni yo misma sabía que existían.
Me mirabas y me derretía por dentro.
Me mirabas, te miraba, y nos besábamos.
Me mirabas de verdad.
Me mirabas queriendo ver lo que había dentro de mí.
Me mirabas, sí, pero lo hacías con los ojos cerrados, y conseguías verme tal y como era.
Me mirabas, y veía el miedo en tu mirada, así que te miraba y te respondía con ilusión.
Tenías una mirada que abrazaba.
Tu mirada me hacía sentir segura, me hacía sentir en casa.
Te miraba dormir, y me moría de ganas por que algún día lo hicieras a mi lado.
Te miraba reír, me gustaba mirarte reír, y me gustaba aún más pensar que algún día yo sería el motivo de esa sonrisa.
Y nos miramos, nos miramos hasta desgastarnos, hasta agotar fuerzas.
Y te fuiste.
Y me fui.
Y nunca volviste.
Y nunca volví.

Pero, estuve esperándote siempre.

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