jueves, 20 de enero de 2011

Y una tarde me dio por enamorarme. Otra por ponerme a tomar el sol en un día repleto de frío, por la falta del calor de la gente. Un día por sonreír, y otro por mojarme con las lágrimas del cielo. También quise alumbrar la mañana con la luz de las estrellas y claro el sol se enfadó conmigo. Coser el corazón con un hilo de seda, pero la grieta era demasiado dura que no tardó en abrirse. Y fantaseé con abrazarte tan fuerte, que pudiese sentir tu corazón latiendo dentro de mi pecho. Un día quise ver a través de tus ojos con la esperanza de ver otro color y acabe poniéndome las gafas más oscuras de lente más pequeña. Una vez me dio por ser cantante, pero lo cierto es que el mundo se enamoró más de mis letras y dejaron de escucharme. Hubo un día en el que quise evaporar
toda lágrima que quisiera salir de mí y acabé secando las sonrisas. Pero lo mejor fue que, un día comencé a soñar y aún no he parado.

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